segunda-feira, 19 de março de 2012

PAVANA DO HOJE PARA UMA INFANTA DEFUNTA QUE AMO E CHORO

PAVANA DO HOJE PARA UMA INFANTA DEFUNTA QUE AMO E CHORO

A Alexandra Pizarnik


Pequena sentinela,
cais uma vez mais pela ranhura da noite
sem outras armas além dos olhos abertos e o terror
contra os invasores insolúveis no papel em branco.
Eles eram legião.
Legião encarniçada era seu nome
e se multiplicavam à medida que desmanchavas até o último alinhavo,
aquartelando-te contra as teias vorazes do nada.
Quem fecha os olhos se converte na morada de todo o universo.
Quem os abre traça as fronteiras e permanece à intempérie.
Quem que pisa o risco não encontra o seu lugar.
Insónias como túneis para provar a inconsistência de toda realidade;
noites e noites perfuradas por uma só bala que te incrusta na escuridão,
e o mesmo ensaio de reconhecer-te ao despertar na memória da morte:
essa perversa tentação,
esse anjo adorável com focinho de porco.
Quem falou de conjuros para contra-arrestar a ferida do próprio nascimento?
Quem falou de subornos para os emissários do próprio porvir?
Só havia um jardim: no fundo de tudo há um jardim
onde se abre a flor azul do sonho de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
mais aleivosa que a cilada oculta na felpa do muro
e que jamais se alcança sem deixar a cabeça ou o resto do sangue no umbral.
Mas tu te inclinavas da mesma forma para cortá-la onde não dava pé,
nos abismos de dentro.
Tentavas trocá-la pela criatura faminta que te desabitava.
Erigias pequenos castelos devoradores em sua honra;
te vestias com plumas desprendidas da fogueira de todo possível paraíso;
amestravas animaizinhos perigosos para roer as pontes da salvação;
te perdias como a mendiga no delírio dos lobos;
experimentavas linguagens como ácidos, como tentáculos,
como laços nas mãos do estrangulador.
Ah, os estragos da poesia cortando-te as veias com o gume da alvorada,
e esses lábios exangues sorvendo os venenos da inanidade da palavra!
E de repente não há mais.
Romperam-se os frascos.
Estilhaçaram-se as luzes e os lápis.
Rasgou-se o papel com o rasgão que desliza noutro labirinto.
Todas as portas são para sair.
Já tudo é o reverso dos espelhos.
Pequena passageira,
Sozinha com o teu mealheiro de visões
e o mesmo insuportável desamparo debaixo dos pés:
sem dúvida estás clamando para passar com tuas vozes de afogada,
sem dúvida te detém a tua própria imensa sombra que ainda te sobrevoa em busca de outra,
ou tremes diante de um insecto que cobre com suas membranas todo o caos,
ou te amedronta o mar que cabe desde o teu lado nesta lágrima.
Mas outra vez te digo,
agora que o silêncio te envolve duas vezes nas suas asas como um manto:
no fundo de todos os jardins há um jardim.
Aí está o teu jardim,
Talita cumi.


Olga Orozco - Argentina
Tradução ao português: Tania Alegria


*****

PAVANA DEL HOY PARA UNA INFANTA DIFUNTA QUE AMO Y LLORO

A Alejandra Pizarnik


Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pie,
abismos hacia adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos,
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estragos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba,
y esos labios exangües sorbiendo los venenos de la inanidad de la palabra!
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se degarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro
laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es el revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando por pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela en busca de otra,
o tiemblas frente a un insecto que cubre con sus membranas todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un manto:
en el fondo de todo jardín hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.


Olga Orozco- Argentina

Nenhum comentário: